Sunny Nwazue es parte de la sociedad leopardo, personas con habilidades mágicas que pueden tratar con seres invisibles a ojos de los demás (los borregos), tales como mascaradas y saltamontes fantasma.
Aunque Sunny dedica toda su atención a estudiar con su mentora, Lechezúcar, y a amoldarse a su refugio (rodeado por un caudaloso río donde habita un monstruo acuático), un día sucede algo que tambaleará los cimientos de todo lo que daba por sentado.
Para solucionarlo deberá viajar con sus amigos hasta una
ciudad hecha de humo a la que sólo se puede llegar atravesando dos mundos: el
visible y el invisible.
La historia nos vuelve a situar en Nigeria con los mismos
personajes que en el libro anterior, pero con problemas diferentes que en esta
ocasión tardan un poco más en presentarse al menos uno de los importantes, ya
que el problema de Sunny está presente desde el principio y te mantiene en un
constante sufrimiento. A medida que la historia va avanzando las cosas se ponen
más interesantes y abren nuevas tramas que estoy deseando conocer porque cada
vez que se ha mencionado esa nueva trama en este libro me ha creado muchísima
curiosidad y ganas de leer el siguiente libro. Sin embargo, creo que hay una
cosa en este libro que sobraba que era volver a explicar cosas que ya se
conocían del libro anterior y eso creo que ha hecho que me costara un poco
engancharme a la historia durante unas cuantas páginas, pero una vez pasa esto
que hace un ritmo lento, aunque acorde a la historia, parece que todo va con
mayor rapidez.
Debo ponerle algún, pero a esta historia porque sinceramente
me encantaría conocer más a los demás personajes que no son Sunny y, aunque la
historia esté narrada en tercera persona está muy centrada en todo lo que le
pasa a ella y creo que conocer un poco mejor a Sasha, Orlu y Chichi sería de lo
más interesante, sobre todo cara a como se sienten con respecto a todo ese
mundo que ha creado la autora y en los que ellos ya llevan tiempo metidos.
En lo que respecta a los personajes que aparecen en esta historia, son los mismos que en la primera parte, lo que ha hecho que me encanten un poquito más y me ponga nerviosa con ellos en algunos momentos porque no hacen las cosas como tocan. Si hay que destacar un personaje por encima de todos es a Sasha porque en esta ocasión sí que hay bastante evolución en este personaje que hace que le tengas más cariño, aunque tenga algunas reacciones que no debería de tener.
Por otro lado, el personaje de Chichi me pone muy nerviosa porque hace algunas cosas que te quedas pensando cómo es posible que no se esté dando cuenta, si hasta Sunny se está dando cuenta de cómo está haciendo esas cosas.
Otra de las cosas que más me ha gustado de este libro con lo que respecta a los personajes es la relación de Sunny con sus hermanos porque se aprecia claramente una evolución en todos los sentidos y, la relación me parece de lo más bonita y genial que hay.
Por último, el final de la historia me ha parecido de lo más
genial porque es muy acorde a todas las cosas que estaban pasando y los
personajes descubren nuevas cosas que les hacen crecer en todo momento, aunque
quizás algunas de las cosas que se han quedado abiertas son de las más
interesantes que han ido pasando en toda la historia.
En resumen, una historia que nos vuelve a situar en el mundo que ha creado la autora con unos personajes que son geniales y que las partes de la trama que se quedan abiertas prometen un tercer libro de lo más interesante.
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