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Relato: El chico del avión parte I


La vuelta a casa siempre había sido complicada para Hugo, nunca se había llevado muy bien con su familia, pero desde que había salido del armario como bi, todo se hacía más complicado. Solo iba porque su hermana pequeña era lo mejor que le había pasado en mucho tiempo y no verla durante tantos meses se le hacía complicado.

El viaje desde Noruega hasta Barcelona nunca había sido fácil, pero esta vez una parte de él se alegraba de poder ver el sol durante unos cuantos días más de 5 horas y, poder poner tierra de por medio entre él y su exnovia, la cual le había puesto los cuernos con su mejor amigo.

Una vez había guardado todas sus cosas en la cabina, se dejó caer sobre su asiento al lado de la ventana, a veces intentaba ir al lado del pasillo para poder estar más tranquilo, pero cuando no quedaba más remedio, se tenía que aguantar y esta era una de esas veces en las que tenía que soportar estar al lado de la ventana, menos mal que llevaba todas las cosas necesarias para sobrevivir durante unas horas en un avión.

Saco la mesita que había delante suya y dejo todas sus cosas para acomodarse, lo primero que hizo fue bajar la cortinilla de la ventana, a esas horas el sol que había era insoportable y no le apetecía tener que estar cada dos por tres pensando en eso, así que una vez termino de hacer su pequeño ritual antes de un viaje en avión en el lado de la ventanilla, se colocó su almohada de viaje y los cascos para escuchar uno de los últimos podcast que había descubierto en alemán, para así mejorar su oído para sus siguiente viaje a ese país.

A su lado se sentó un chico que parecía tener su edad y estaba algo distraído, lo que provocó que parte del vaso de café terminara encima de Hugo.

- Joder -dijo en español Hugo para que el chico no entendiera que se había cabreado, pero el cabreo venía de antes, de hecho, venía de mucho antes.

- Lo siento - dijo el chico chapurreando el español con bastante acento noruego, cosa que hizo que Hugo se quedara mirándolo durante unos segundos bastante embobado, no esperaba que ese chico supiera hablar español.

- No importa, total estaba para lavar -dijo Hugo cambiando de idioma para que el chico viera que no era necesario que hablara en español y él era capaz de entenderlo a la perfección.

El chico se sentó en su sitio, que era justo el que estaba al lado de Hugo, cosa que hizo que este se pusiera nervioso y le quitara una poca de voz a sus cascos para no molestar, siempre escuchaba todo con el volumen demasiado alto para lo que recomendaban los médicos.

- Me llamo Ezra -dijo el chico ofreciéndole la mano a Hugo a modo de saludo.

Hugo no pudo evitar una sonrisa y le cogió la mano mientras decía su nombre muy despacio, para que el chico fuera capaz de entenderlo, durante todos los años que había estado viviendo allí, había aprendido que a la gente le costaba pillar su nombre si lo decía demasiado rápido, así que había optado por decirlo despacio y con calma a todo el mundo.

- Como el poeta francés.

Eso sí que pilló desprevenido a Hugo, no se esperaba que alguien fuera a conocer al famoso Víctor Hugo, por el cual su madre había decidido llamarlo Hugo.

- Si, mi madre es muy fan de él. -dijo Hugo mirando al chico aún con sorpresa en sus ojos, que sabía que Ezra iba a notar en menos de un segundo, porque lo de disimular sus sentimientos no era para nada lo suyo.

Durante el vuelo Hugo fue incapaz de escuchar su podcast, gracias a que Ezra estuvo todo el vuelo hablándole de las ganas que tenía de conocer toda la ciudad condal y todos sus alrededores, mientras disfrutaba del buen tiempo que parecía que no había visto nunca.


Su hermana estaba parada delante de la salida por donde salían todos los pasajeros, estaba vestida con un vestido blanco de flores con unas sandalias. Hugo no se podía creer lo preciosa que estaba su hermana con ese vestido, salió corriendo hacia ella y la abrazó fuerte.

- Te echaba muchísimo de menos -dijo Hugo sin soltarla de sus brazos.

Hugo no se podía creer lo bien que estaba su hermana pequeña, que ya no era tan pequeña ni llevaba los aparatos que había llevado la última vez que habían estado juntos en persona, ahora era totalmente una mujer con una sonrisa brillante.

- Yo también, tienes que venir más veces a verme o llamarme más -dijo ella con una sonrisa enorme en la cara después de separarse.

- Lo sé, lo siento por haber sido tan caótico este último año...

- No importa, luego me lo cuentas con unas cervezas en la mano.

Ambos salieron del aeropuerto y se dirigieron a casa de sus padres, que era donde se iba a quedar Hugo durante unos días, ya que en casa de su hermana no se podía quedar porque está el hermano de su novio y solo había una habitación que no estuviera ocupada.

- Esta tarde te vienes a casa, ahora pasa el tiempo con los papas, si te es posible -dijo su hermana dejando un beso en la mejilla de su hermano.

Hugo tenía claro que esos días estando en casa de sus padres iban a ser una de las mayores torturas que había vivido, pero no pensaba pagar un hotel ni nada similar teniendo allí dos casas, además que era una de las mayores tonterías del mundo.


Los días pasaban y Hugo aún no había puesto un pie en casa de su hermana, estaba demasiado ocupado intentando evitar a sus padres y, pasando tiempo con sus viejos amigos, pero había una cosa que no salía de su cabeza en ningún momento, el chico del avión, ese chico le había calado fuerte y no le había vuelto a ver desde el aterrizaje en aquella ciudad que tantos quebraderos de cabeza le daba siempre que iba de visita.
Su hermana había estado enviando mensajes durante toda la semana para que fuera a su casa a cenar un día, así que allí estaba delante de la puerta de casa de su hermana con una tarta de chocolate que su hermana le había pedido que llevara para celebrar no sé qué cumpleaños o algo similar, porque la verdad que la manía de Hugo de desconectar cuando le llamaban por teléfono, era demasiado grande como para estar escuchando durante más de dos minutos el monologo que la otra persona se estaba marcando.

Un chico abrió la puerta, no conocía a Hugo y este tampoco le conocía, pero sabía a las mil maravillas que era el novio de su hermana, ya que ella no había parado de hablar de él.

- ¿Hugo?

Este se limitó a asentir con la cabeza y a entrar por la puerta.

- ¿La nevera? -dijo levantando la mano en la que llevaba la tarta.

- Dame, yo lo llevo. ¿Quieres algo de beber?

- Si, cerveza - Hugo le dio la tarta

El chico fue a la cocina mientras acompañaba a Hugo al salón, donde este se quedó parado mirando a la persona que había en el sofá sentada y que no esperaba encontrarse allí y mucho menos que su hermana no le hubiera comentado nada de él durante todos esos días.

- ¿Te piensas quedar ahí parado, Hugo? —dijo su hermana detrás de él riéndose.
  
- No claro, que no…

Su hermana le dio un empujón para que entrara en el salón y se quitará del medio.

- Él es Ezra, el hermano de Nick.

Hugo se quedó ahí parado mirando al chico, mientras el chico lo miraba con los ojos como platos, mientras su hermana se reía por detrás de ambos. No se podía creer el show que era aquello en esos instantes.



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